lunes, 19 de febrero de 2018

Encuentros

Te deseo un buen descanso, aventurero.
Una buena cama en esta fría noche.
Que la inocencia te acompañe hasta la madrugada
y que los que atraviesan tu camino no quieran comerse tus ojos.

No regales tus canciones, inspiraciones misteriosas.
O por lo menos, tal vez quieras guardarte algún secreto.
Aquí anidan las aves más pervesas,
las mismas que  noche tras noche devoran las entrañas de Prometeo.

Aunque compartas tus sueños,
no aúlles a la luna frente a la multitud,
muchos lo verán como un grito de guerra.
Tal vez prefieras regenerarte en tu propio ritual.

Y que sólo te baste con saber
que en tu cara viven historias que no te pertenecen,
que tu vida no será solitaria,
que no faltarán los acordes.

Tal vez aprietes entre tus dedos algo de sentido.
No te asustes ni trates de conservarlo,
el sentido tiene la cualidad de evaporarse al instante.
Como este encuentro.

Te deseo un buen descanso, aventurero.
Que puedas volver a casa.


Poema de la serie "Poemas que no me pertenecen y dejé ir": poema a un músico viajero que no sabía dónde pasaría la noche ni si debía tocar sus canciones.                                                                             


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