viernes, 21 de agosto de 2015

Formas de tocar la tierra

Podría dividirte en fragmentos musicales.
Podrías dividirme tratando de construirme como un todo.

¿Sería eso amar lo concreto frente a la posibilidad de amar una idea?,
¿de embarrarnos de existencia?

¿No nos merecemos amar en concreto?




 Pintura: Ella Libedinsky

miércoles, 12 de agosto de 2015

Una última aventura

"Me estoy matando", pensó él, cinco minutos antes.
También pensó en las cosas que se dirían.¿Habría alguna consciencia de él que observaría aquellos pensamientos, aquellas oraciones y charlas sobre su recuerdo? ¿O sólo lo imaginaba ahora que existía como nos dicen que se existe, y luego, luego, se disiparía en la nada, en aquella buscada posibilidad de anulación que tanto temía?

Esa dimensión de tragedia lo había acompañado siempre, desde ese momento en el que también se había despertado una enorme capacidad de asombro.
Tal vez, más de grande, entendió que mientras esa inocencia lo acompañara, la tragedia nunca lograría ocupar todo lo que él tocara, nunca se desplegaría por sus venas y nunca se alojaría en el centro de la fuerza de vida. Ese líquido negro sólo conducía a una conclusión.

Recordaba haber sufrido posesiones casi totales por parte de esa mitad misteriosa, saturada en ansiedad.
Ser quien no era lo ayudaba mucho. El reconocimiento, también. El escribir en el espejo "Me estoy matando", también. Era una muerte poética... No más que eso.

Esa mañana de agosto no encontró inocencia; no había otros que lo reconocieran; no había mentiras escénicas; tampoco había palabras.
"Me estoy matando", pensó él, cinco minutos antes.
Pero nunca lo escribió.




viernes, 7 de agosto de 2015

Un artista

Sabe que el universo es un lugar fascinante... ¡No sé cómo lo va a resistir!


Fotografía: Ferdinando Scianna                                                                                                                    



martes, 4 de agosto de 2015

No nos seguiré soñando

Quería decirte que te extrañé durante mucho tiempo...más  tiempo del que pasamos juntos.
Y que me sentía envidiosa de la felicidad de los que sí estaban junto a vos.
Que te buscaba en todos lados cuando caminaba,
y se me disgregaba el corazón buscándote en las calles...

Sí, estoy cansada.

Que quiero gritar en este colectivo y bajarme
(y revolear los anteojos del señor de pelo blanco que me mira)
que yo quiero cosas nuevas
y que ya extraño a alguien que no conozco.

Pero también debería decirte que no le corté los flecos a mis botas.
Sólo porque a vos te gustaban.
Y hasta me pongo un pantalón que me aprieta mucho la panza,
porque te gustaba mi cola en él.

A mí me gustabas vos en mí.
Y frotar mi cara contra la tuya cuando me despertaba.

Me doy cuenta de cuánto no te dije...:
que sos de los abrazos que no podía dejar de dar
porque era ridículo no hacerlo.
Y si no te soltaba supongo que era por esa química avanzada que pretende explicarnos.

Que sé que te quise, porque ya no te quiero.
Y que quiero a otros. De Sarandí a Molfetta. Y de Molfetta a Istanbul.

Porque el tiempo era ahora, y todas las cosas te están pasando sin mí.
Y lo que es más importante, todas las cosas me están pasando sin vos.
Te estás perdiendo mi vida,
y no era algo más que eso lo que yo quería compartir.