Los melancólicos de los mundos de fantasía
juegan con los relojes tangueros.
Conciben el amor en una docena de churros
y vuelven a amar los aires fríos.
Se llueven cuando ellas se van
(sus tiernas reinas, de esas noches alargadas que nunca se hacen día)
y en los sótanos de los bares de alegría,
se matan a besos y algo más...
Vivo día a día de mis pequeñas ilusiones.
Y de un sueño que se perdió.
Porque cuando más me enamoro en las rimas,
es cuando menos creo en el amor.
Foto: Mariana Zanazzi
Dibujos: http://www.flickr.com/people/mesuenolosdedos/
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