domingo, 27 de diciembre de 2015

La víctima y el reptil

Todos somos capaces de recibir daños. Y de generarlos.
Quizás tenía que entender la raíz enroscada que me ata a las ideas malas.
Si puedo aparecer como luz en medio de la oscuridad -o si pude hacerlo- será o fue por cuestión de tiempos. Y por saber que atrás de un arco iris habita un dragón. El que ahora me mira.
Él cuida esas ideas oscuras. De mí y de sí mismo. "Tánatos", le dicen y su pelea no está en el alma, sino, en la sangre.

El dragón me mira amenazante y me dice: "Abrazo la curiosidad de los insaciables, porque no puedo abarcar el universo". Se sienta a esperar a que haga las preguntas que quiero hacerle. Yo espero las respuestas, pero también el ataque.


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