jueves, 27 de septiembre de 2012

Cuando soy de mi cuerpo

Tu víctima sigue en mi jardín.
Yo puedo ser negra como flor de la noche
que de luz opaca al mundo.
Y puedo callarte en mis silencios...

Esos silencios clave de compañía,
efectos precarios te sugieren mi boca.
Se desliza por el agua que me tiñe,
me deslizo en la curva de esta espalda.

No soy frágil
y alguien me dijo "etérea".
Pero te recuerdo -en el oído-
que escucho la tierra anhelada.
Y soy tan real como estas manos que te tocan.

Escalaste mi propio ser,
tu olor es el mío.
¿Qué importa mañana?
Tengo la fragilidad algo promiscua...
Romance con la carne,
ojos de puta,
angelical la sonrisa.

El miedo es beso,
el más osado...
el más terrible...
el más íntimo.




  Foto: Marina Mangieri                                                                               




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