lunes, 19 de marzo de 2012

Creador de sueños, hacedor de mundos

Un mural azul de sirenas azules
que salen de un mar púrpura.
La noche de viento se aliena de la urbanidad
y se hace vino en el piano.


La voz dulce es para las noches
cuando solo hay silencio.
Como en un bar francés,
de un año que no conocimos.


Bailamos como si te perteneciéramos
y nos hicieras tu familia.
Inventamos himnos que fueron de nadie
en ningún universo.


Bajo la tierna mirada de tu propio amor,
la luz ilumina esos ojos.
Lo único que brillaba
desde aquella esquina oscura.


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