No solo soy palabras. Soy el viento que molesta a veces; y otras, el viento compañero. Soy el que puede quedarse horas, mirando algo sin mirar. Pensando en algo más que lo que se toca...
Me toca el orgullo el amor que no llega, que viene, parece, se va. No sé que es el amor cuando soy crisis y confusión...
Mi confusión se supone que es oportunidad. Me lleno de vestigios de un futuro posible, y lentamente, me encuentro a mi mismo como una sombra. La luz refleja la sombra de mis deseos y virtualidades...
La virtud me queda grande cuando la plantean abstracta. Me deshago de nuevo y solo soy viento.Agito las hojas y me parece descubrir un sentido.
En mi intimidad hablo con alguien, y no sé si solo soy yo la que responde. Yo, que tanto hablo de mí que me agota. Me agotan las caras malas y la actitudes hirientes.
Un grito puede partir mi corazón en dos. Él vuelve a unirse y me preparo cada día para enfrentarte. Pero peleo contra cíclopes miopes y las mentiras entorpecen mis pasos.
Quiero llegar, creeme. Me aferro a una oración, a una palabra. Pero no soy solo palabras.
No soy un llanto eterno. Las canciones de muerte reclaman mi atención. Les sonrío y el sonido de mi risa tapa ese lamento.
Me recojo en la redondez perfecta que puede ser mi vida. Te miro, a mi lado, en todos lados. Por primera vez en el día me mirás. Una sonrisa en tu cara triste nos vuelve alegres. No estoy solo, no estoy con el mundo: estoy con vos.
Entiendo la pequeñez perfecta de los que me rodean. Me quieren. Y tengo valor para enfrentarte, y no soy el viento solamente, soy la hoja, soy un corazón, palabras vividas, crisis posible de virtudes reales, el eslabón entre el mundo que viene y el mundo que se cae, un salto de alegría en cámara lenta, la música que se mueve con este cambio continuo del tiempo que avanza, que no es mío, pero yo le pertenezco.
Me hago uno con el tiempo, con mi (del) tiempo: en mis manos están mis vivencias... Que no se escape nada de eso, ni las incertidumbres ni las alegrías.
Me despierto en silencio ("hola") y finalmente me integro en mi casi realidad. En noche de corazones rotos, te elegí (amigo), me elegiste (amiga). No más miedo.
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