viernes, 8 de junio de 2012

Carta al universo


Ella me dejó esperando ese saludo.
Yo me llevé las palabras.
No importa donde está su alma 
porque todo es maravillo alrededor.

Le prometí la carta al universo,
una de esas que podrá entender, aunque no entienda.
Esa sonrisa pecosa es la de una amiga de mis pocos días
en los que fuimos grandes almas compañeras.

Te deseo esa suerte que es más grande que las penas.
El mundo reclama un código que es el nuestro:
las cosas suceden para cambiar vidas,
desde la insensatez que fueron las noches.

Si esto sobrevive el año de las mil primaveras, 
te encuentro en el viejo continente.
No somos mercenarios,
la existencia pasa por algún motivo secreto
(Esta es mi carta, amiga). 

La luz dio forma a nuestros ojos,
sabemos cómo se olvida el amor,
aprendimos de migajas
y de miradas clandestinas.

Independiente, segura.
Valemos lo que vale este cosmos.
La risa coronó la palabra
y fue el origen de cada idea.








No hay comentarios:

Publicar un comentario